sábado, 19 de febrero de 2011

Miradas que insultan.

Esta mañana, leyendo el artículo de Melchor Miralles en su blog, me ha sido imposible no dejarle mi opinión. Perdón por la foto, espero no haberle estropeado la digestión a nadie.

Permíteme por favor que establezca ciertas afirmaciones, que creo acertadas:

   -Debatir es productivo, y sólo es precipitado para quien no le interesa el debate
   -En el ámbito de la Medicina, el axioma es que el usuario (antes paciente) es el centro del sistema. Parece lógico que para un cineasta, una película no tenga sentido sin un espectador (o usuario).
   -Internet está aquí, es el presente de muchos. Los médicos ya no buscamos información en las bibliotecas, sino en las pantallas de nuestros ordenadores. Si quiero consultar la dosis de un fármaco para un paciente, enciendo mi teléfono móvil y le doy al botón de Buscar.
   -Los negocios deben adaptarse a la sociedad y su evolución, no al revés.
   -Trabajar es una suerte, pero trabajar en lo que uno ama, es un privilegio. Yo soy un privilegiado.
   -El respeto al otro es indispensable.

No veo nada malo ni ofensivo en todo lo que acabo de decir. Es evidente que se trata del esqueleto del discurso de Alex de la Iglesia. Un discurso razonable, moderno y útil, sobre todo útil para el mundo del cine/creadores. ¿Qué motivó entonces esa expresión facial en Pajín? No la describiré como hizo Santiago Segura, pero es evidente que la imagen transmite una intensa sensación de asco, desprecio, enfado...

Entonces me pregunto, ¿qué enfadó a la ministra? ¿Que Alex pidiera respeto al espectador/usuario/ciudadano? ¿Qué despreció? ¿Acaso no es ella una privilegiada, ministra de Sanidad con su corto currículum? ¿Qué le asqueó? ¿Que la información pudiera estar al alcance de un click, sin el filtro/censura de un partido o estado?...

A mi modo de ver, lo grave no es ni que se sienta ofendida ni quién le haga sentir eso. A mi modo de ver, lo grave es que su mirada nos insulta a todos.

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