Te juro, hija mía,
que te voy a querer siempre,
sin ninguna condición,
sin pedir tu amor a cambio.
Jamás seré una ausencia,
si tú me necesitas;
jamás seré un reproche,
si tú pides mi ayuda.
Para tus besos,
tendrás mis besos;
junto a tus lágrimas,
caerán mis lágrimas.
Y abrazaré sin dudar la muerte,
antes de ser yo quien te cause dolor.
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