lunes, 14 de enero de 2013

Salvando vidas



Hoy un paciente me ha invitado a comer. Cuando he intentado pagar, me han dicho que ya estaba pagado, era cosa del señor mayor, impecablemente vestido de traje, adornado con un "Cautivo" en la solapa, al que había saludado minutos antes. Me he acercado a agradecérselo y me ha dicho, textualmente: "Hombre, no es que me salvara usted la vida, pero vino muchas veces a verme e interesarse por mí". Nos hemos reído juntos. Cierto, no hay que obsesionarse con salvar vidas, tarde o temprano ahí siempre perderemos. Lo importante es poner el máximo interés en tratar de ayudar, sabiendo que no es nuestra vida lo que va en ello, sino la de aquéllos que, a veces, lo que más aprecian es un gesto amable.

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